“Gente que cambia, gente que no. Pese a todo, los días avanzan lentamente como quien no quiere la cosa… Avanzan de un momento a otro, y tú ni te enteras”
Hemos hablado de Inio Asano en el estudio de radio en un par de ocasiones, en esos dos especiales que deben rondar un par de años ya. Siento en lo personal que es de esos autores que merecían un pequeño y humilde artículo ya que al hablar a lo grosso modo de él nos perdemos los pequeños detalles y matices de sus obras en particular.
Por el titular ya podéis presuponer de qué va la cosa, de vidas. De vidas que pasan y que, como la nuestra, un día caemos en la cuenta y pensamos “¿Todo este tiempo ha pasado ya?”. Y sí, el tiempo pasa. Vidas son también las que vemos en el manga El Barrio de la luz que vio la luz, valga la redundancia, entre 2004 y 2005 en las páginas de la revista Monthly Sunday GX.
Para un servidor supuso y supone una excelente introducción al loco mundo de Inio Asano. Nijigahara Hollograph lo petó. Buenas noches Pun Pun fue un exitazo. Y Dead Dead Demon’s Dededede Destruction puede engañar por el aspecto kawaii de las protagonistas. Vamos, que os lo he dejado en bandeja para que este suponga también vuestro punto de partida a este multiverso asanil. Y si ya la habéis leído podéis seguir leyendo si os apetece estas cuatro letras y compartid la opinión que os merece el título.
Personalmente ya sabéis que los tomos únicos me gustan aunque también es cierto que a veces o bien te quedas con ganas de más si el manga está bien llevado o bien los compramos por coleccionismo. En ocasiones suelen ser mini historias que a veces tampoco están demasiado bien (si es que esta expresión existe) conjuntadas.
El barrio de la luz, aunque me atrevería a llamarla más bien la comunidad de vecinos de la luz, es divertida de leer porque son diferentes historias que transcurren en estos bloques de pisos y que tienen que ver las unas con las otras o están directamente enlazadas o relacionadas. No son historias aleatorias sueltas en las que el autor experimenta y el lector se vuelve un poco loco. Siguen una línea narrativa y aunque hay toques oscuros, no pasamos el umbral de lo oscuro o raruno como en alguna de sus otras obras que supongo algún día traeré cuando las relea.
Ese autobús flotante con remos a lo Gatobús de Mi vecino Totoro que encontramos ya en las primeras páginas nos hace pensar que estamos delante de un seinen de corte fantástico, aunque los temas son más bien humanos y costumbristas y la única fantasía la trae ese ser o alma que sobrevuela el vecindario comentando la jugada al principio. Porque se nos habla de vidas pero la vida también tiene un final y parece que sobrevuela la escena alguna suerte de espectro.
Al ser una obra de Asano más antigua el dibujo no se ha enturbiado todavía demasiado y las líneas son un poquito más finas y detalladas y hay mucho blanco. Pero ya podemos ver esos escenarios urbanos fotodibujados que a algunos les sentaban mal en su época por aquello de ser demasiado digitales.
Pienso, y lo hemos comentado en el programa muchas veces, que el manga o anime sirven muchísimo para empaparse de la cultura japonesa. Esto, que puede parecer muy obvio, no lo es tanto para quienes ven el manganime con ojos de personas a las que ni fu ni fa el mundillo. En esta categoría didáctica entra perfectamente Asano y El barrio de la luz, y sirve como muestra de la sociedad nipona: mangakas que trabajan sin cesar, padres de familia desesperados, hijos que no hablan con estos -sus- desesperados padres de familia, jóvenes adultos que no encuentran el rumbo en la vida o parejas que se quieren y que caen en la cuenta que el quererse no esta nada mal en una sociedad un tanto fría. Los personajes están bastante bien construidos y resultan bastante creíbles a la par que peculiares. Peculiaridades también encontramos, esto es Inio Asano al fin y al cabo.
Espero no haber destripado nada importante y que os animéis a leerlo ya que es una buena manera de introducirse al mangaka tal y como os comentaba al principio. Tendréis entre manos algo desgarrado, descarnado e irónico, pero con personajes creíbles, historias sensibles que no empalagosas y una línea clara narrativa en la que puedes seguir todo sin perderte.
Es un tomo único, tampoco puedo contaros mucho más. Supongo que algún día no me parecerá que me quedo corto o no le hago justicia a las obras de las que hablo. Algún día…